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martes, 10 de noviembre de 2015

COMENTARIO PLANTA SAN PEDRO DEL VATICANO





La imagen aquí representada es una planta de la basílica paleocristiana de San Pedro del Vaticano, en Roma (Italia) El autor de la misma es desconocido. Se realizó a mediados del siglo IV, siendo comenzadas las obras por orden del emperador Constantino.

En esta planta podemos observar la distribución de la antigua basílica, muy canónica dentro del estilo paleocristiano. Como se puede observar, consta de cinco naves, siendo la central más alta y ancha para poder abrir ventanas en la misma e iluminar mejor el edificio. También apreciamos el crucero o transepto, nave transversal que separaba a los fieles del colegio sacerdotal. Todo ello cubierto por techo de madera, ya que la planta no nos dice lo contrario y además, era la cubierta típica de este estilo. Por último nos encontramos el ábside cubierto por cúpula de cuarto de esfera y en donde se situaban los oficiantes y el altar.
Hay dos salas más a las que debemos prestar atención ya que su importancia en el momento de construcción era máxima. El nártex, en el que los catecúmenos se quedaban en ciertos momento de la celebración (la consagración, por ejemplo) y el atrio, que realmente era un peristilo, rodeado de columnas.

Fue la iglesia más importante de la cristiandad como se puede apreciar por su tamaño, ya que medía más de 100 metros de longitud. En su cripta estaba enterrado el apóstol san Pedro, lo que además la convertía en un centro de peregrinación de máximo orden. Se usó como modelo tanto para esta como para el resto de las grandes basílicas paleocristianas el modelo de basílica romana, pero cambiándole completamente el significado, ya que la utilidad del edificio era totalmente distinta; algo que, por otra parte, es habitual a la hora de establecer nuevas religiones, el utilizar edificios anteriores.

Evidentemente no queda nada de este edifico ya que, a partir del siglo XV, y debido al estado ruinoso de la misma, se comenzó una profunda restauración que cambió completamente el aspecto de la misma. Solo podemos conocerla gracias a descripciones y a algunas obras de Arte medievales o del primer Renacimiento.


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